Amancio Prada
Una paloma
Este pich�n del Turia que te mando,
de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy parando.
Su c�ndida virtud, su cuello blando,
en limo doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la ausencia de tu boca est� marcando.
Pasa la mano sobre su blancura
y ver�s qu� nevada melod�a
esparce en copos sobre tu hermosura.
As� mi coraz�n de noche y d�a,
preso en la c�rcel del amor oscura,
llora sin verte, su melancol�a.
Melancol�a