Nacho Vegas
Adolfo Suicide
As� que te has vuelto a enamorar,
otro tr�gico final con un nazi y a la francesa.
Y ahora deambulas con tu cruz,
te dormiste en Waterloo,
pero amaneciste en Elba.
Y es que no, no aprendes nunca,
hermoso como un asturc�n
surgiendo entre la niebla.
M�s all� del precipicio, hay edificios
que en tu mente tiemblan.
Y que te est� grande el mundo es ya
esa nueva enfermedad
a la que dices que eres propenso.
Pero ya no solo estamos solos,
ya no solo estamos rotos,
estamos tambi�n indefensos.
Otra idea, yo estar� al volante,
y t� a mi lado tragas tranquis con cerveza.
Luego encuentran nuestros cuerpos
estrellados en una cuneta.
Y los muros, al volverse blandos,
te nublan la raz�n;
y en tu mundo nunca hay gente a salvo
y reina la confusi�n.
Y entras como siempre en bucle
y te transformas en Mr. Hyde.
Mi�ntete a ti mismo, si es lo que hay,
Adolfo Suicide.
Y se supone que esta vez tambi�n
te tendr�a que creer,
que hay una soga para tu cuello,
que lo har�s de noche en la cuadra
yo no intentar�a nada,
o se vendr� abajo el techo.
Ll�mame lo que t� quieras,
di que yo era tu chapera
y te sal� barata.
Ya ves que te lo consiento,
ya est�s puesto como una rata.
Y los muros, al volverse blandos,
te nublan la raz�n;
y en tu mundo nunca hay gente a salvo
y reina la confusi�n.
Y entras como siempre en bucle
y te transformas en Mr. Hyde.
Mi�ntete a ti mismo, si es lo que hay,
Adolfo Suicide.
Y los muros, al volverse blandos,
te nublan la raz�n;
y en tus calles nunca hay gente a salvo
y reina la confusi�n.
Y cuando pienso en que te quiero,
te transformas en Mr. Hyde.
Mi�ntete a ti mismo, si es lo que hay,
Adolfo Suicide;
mi�ntete a ti mismo, si es lo que hay,
Adolfo Suicide.