Nacha Guevara
Cuando Te Jubiles
El cielo de veras,
que no es este de ahora,
el cielo de cuando te jubiles,
durar� todo el d�a,
todo el d�a caer�
como lluvia de sol
sobre tu calva.
Estar�s algo sordo
para escuchar los �rboles
pero, de todos modos,
recordar�s que existen.
Tal vez un poco viejo
para andar en la arena,
pero el mar todav�a
ye pondr� melanc�lico.
Estar�s sin memoria.
Estar�s sin dinero.
Con el tiempo en los brazos.
Como un reci�n nacido.
Y llorar� contigo.
Y llorar�s con �l.
Estar�s solitario
como una ostra.
Y podr�s hablar
de tus fieles amigos
que, como siempre,
contar�n desde Europa
sus m�s t�midos
contrabandos y becas.
Estar�s en la orilla del mundo
contemplando desfiles para ni�os,
eclipses y regatas.
Te pondr�s el sombrero
para mirar la luna.
Nadie pedir� informes,
ni balances, ni cifras.
S�lo tendr�s horario
para tu muerte.
Pero el cielo de veras,
que no es este de ahora,
ese cielo de cuando te jubiles,
habr� llegado demasiado tarde.